viernes, 19 de mayo de 2017

Cesar, el talento desaprovechado.

CÉSAR, EL TALENTO DESAPROVECHADO.


Hoy voy a hablaros de César, un personaje secundario de #MNEEE. Es el hermano pequeño de Rober, el protagonista, se llevan algo más de un año y su relación es bastante mala.

César y Rober han tomado caminos distintos. Rober ha decidido seguir el del esfuerzo y el trabajo duro para lograr su sueño de ser futbolista. César, en cambio, ha elegido el mundo de la calle y el dinero fácil.

Aunque los dos son temperamentales, César recurre a la violencia con más frecuencia que su hermano. Le gusta pelear, y el dinero que consigue es gracias a las peleas ilegales en las que se apuestan importantes sumas de dinero. 

Todo empezó cuando, con catorce años, un hombre llamado Voro lo encontró en un callejón pegándose con tres chavales de dieciséis. César acabó muy mal parado pero los chavales también. Voro se preguntó cómo era posible que un chico tan joven se moviese de esa manera. Voro quiso llevarlo a un dispensario, pero César se resistió y le dio un puñetazo en el esternón que dejó a Voro de rodillas en el suelo. No le dio de lleno, pero sí con la suficiente fuerza para dejarle sin respiración. ¿Cómo era posible que un crío de catorce años, después de pegarse con tres chicos, aún le quedaran fuerzas? Un poco más tarde, cuando Voro le confesó que tenía un gimnasio de boxeo, César cambió el semblante aunque es un chico que mira siempre con recelo a todo el mundo. Voro tuvo que darle su tarjeta.

Pronto descubrieron que César tenía un talento innato para el boxeo. En el gimnasio conoció a Puentes, el dueño. Durante un mes estuvieron entrenando todas las tardes, y el chico aprendía casi de forma natural lo que le enseñaban. Pero en la calle la vida es dura y al cabo del mes Puentes le dijo que si quería seguir entrenando tenía que pagar. César no tenía dinero, así que lo echaron a la calle y se enfureció tanto que golpeó al primer tipo que salió detrás de él. Y lo dejó KO. Su víctima resultó ser el mejor boxeador que tenían en el gimnasio.

Entonces Puentes le habló del negocio de las peleas ilegales. Le dijo que era una buena forma de ganarse dinero, que no importaba que fuera menor, con su peso gallo (unos 53 kilos) y que, si lo hacía bien, aún le sobraría para sus gastos. Cesar no se lo pensó mucho y aceptó. ¿Qué podía perder?

Y así empezó. Es un chico que huye de las responsabilidades y de todo lo que huele a compromiso. Malgasta su talento participando en esas peleas ilegales y acatando las órdenes de Puentes para ganar el máximo dinero posible y repártirselo entre los dos. Una gallina de huevos de oro.

Si quierés saber más, sigue el blog y os mantendré informados.

lunes, 8 de mayo de 2017

Conoce a Natalia



Sonia, foto de Phillippe Leroyer

Conoce a Natalia, un personaje de #MNEEE


Tenía preparada una entrada sobre el tiempo que dedicamos a escribir. Cuando iba a comenzarla he recordado un tema de jazz, con un saxofón que inspiraba sensualidad. Y hablar de sensualidad es hablar de Natalia.

Natalia será un personaje que tendrá un gran peso sobre Rober, el protagonista de la historia. Lo que ocurre es que sus influencias en él serán más bien… Bueno, digamos que no del todo positivas. No porque sea una villana de manual, sino simplemente por la forma tan intensa que tiene esta chica de vivir la vida. 

Natalia es una pandillera que guarda un secreto que sólo comparte con Nico, su mano derecha y boyfriendly en la pandilla. Rober los conoció hace unos años durante las vacaciones cuando veraneaba con su familia. Una relación que se retoma años después en la novela #MNEEE con la vuelta de Rober a la ciudad. 

Pero el tiempo pasa y sus amigos ya no serán los mismos chicos inocentes con los que jugaba en el “salto del cóndor”. Han cambiado. Aunque conservan algunas características de entonces: Nico sigue devorando cualquier documental o libro que trate sobre animales y Natalia, con los años transcurridos, ha acrecentado aquella sensualidad que antes era natural y latente y ahora es felina y salvaje.

No es una chica físicamente explosiva ni que llame la atención. Su aspecto es más bien desaliñado, con un lado de la cabeza rapado y el tatuaje de una rosa con espinas enroscadas en su pierna derecha. Es su actitud la que la hace irresistible para cualquier chico con el que se cruce. Tampoco es la típica pandillera que necesita de la violencia para imponer respeto. Es el personaje que mejor sabe utilizar su mirada. Una mirada afilada, que te mira y atraviesa haciendo que desees un agujero donde meterte... o que te acaricia recorriéndote. 


Ducatti Desmoedici. Los gustos de Natalia. Personaje de #MNEEE
Los gustos de Natalia son variados. Lo que más le gusta es el dinero. Lo segundo, leer novela negra (siempre que puede lleva un libro encima). Y lo tercero, su Ducatti Desmoedici con la que vuela por las calles de la ciudad. Nico también podría entrar en sus gustos, aunque éstos irán cambiando a lo largo de la historia. Pero será mejor que lo descubráis vosotros mismos, en mi novela #MNEEE.

Seguid el blog y os mantendré informados.

lunes, 1 de mayo de 2017

Cómo hacer feliz a un escritor



Cómo hacer feliz a un escritor


 Os voy a explicar la manera más sencilla de hacer feliz a un escritor. Para ello, necesito hablaros de mi pareja.

 Ella es la tercera persona que conoce a mis personajes y buena parte de mi novela. Y es porque todas las noches le leo algún extracto. Le encanta que lo haga, y a mí me encanta ver su cara mientras escucha cada una de mis palabras. Da igual que esté a medias de hacer algo. Automáticamente lo deja y se sienta a mi lado, como una niña, mirando la pantalla y siguiendo la lectura. Por el rabillo del ojo me fijo en sus expresiones y noto cómo sonríe cuando mis personajes viven un momento mágico, o cómo frunce el ceño cuando se meten en problemas. Me recuerda mucho a mí, cuando escuchaba embobado a los cuentacuentos que a veces contrataba el director de mi colegio. Un mentor que me influenció mucho en mis gustos por ciertos autores. 

Volviendo a mi pareja, leerle se ha convertido en una adicción. Estoy deseando tener una escena corregida para enseñársela y comprobar, por sus expresiones, si consigo transmitir el efecto deseado. Es lo bueno que tienen las personas transparentes, que podrán mentirte con palabras pero nunca con los gestos. La veo morderse el labio, mover su pierna con rapidez, estremecerse en el asiento y vivir la historia. Me encanta hacerla sentir una adolescente que se vuelve a enamorar o una quinqui que se tiene que meter en problemas para sobrevivir. 


Me encanta hacerle soñar. Porque si ella sueña... yo también. 

Y entonces llego al punto y final, ella me mira y abro una nueva escena, y lo hago por algo que está relacionado con lo que os decía al principio. Ella me sigue escuchando y yo le sigo leyendo, hasta que miramos el reloj y nos damos cuenta de lo tarde que es, que no hemos cenado, y que todavía nos quedan un montón de cosas por hacer que siempre dejamos a última hora. Y mientras cenamos me pregunta por mis personajes, por qué hacen esto o lo otro y por qué odian a Fulanito y quieren a Menganito. Me pregunta por qué soy tan cruel con ellos en algunos momentos y por qué soy tan benévolo en otros. En qué me he inspirado, por qué está tan enganchada a una historia de fútbol si no sabe ni lo que es un fuera de juego y por qué no termino ya la dichosa novela para que todos vosotros podáis disfrutarla. Y entonces llega el momento mágico, ese que sirve para hacer feliz a un escritor. Viene justo cuando quitamos la mesa, fregamos, y nos sentamos en el sofá. Me mira, abre mucho los ojos y me dice:
 —¿Me puedes leer más? 

 Y también lo haré con vosotros, en este blog. Suscríbete.